lunes, 21 de febrero de 2011

Diez tendencias mundiales en materia de TIC y Educación.

Robert Hawkins, bloguero y especialista en educación en el Banco Mundial, basándose tanto en proyecciones como las del Informe Horizon 2010 como en su propia experiencia, publica una relación de diez tendencias mundiales en materia de TIC y Educación.



1. Mobile Learning: así como los teléfonos móviles han relevado a la telefonía fija, los dispositivos móviles con conectividad a Internet superarán a los ordenadores como el gadget preferente para trabajar en el aula: ¿seremos capaces de convertir al enemigo de las aulas en un aliado?

2. Computación en Nube: los desarrolladores están apostando por aplicaciones web en lugar de aplicaciones de escritorio, lo cual potenciado por los servicios de espacio web gratuito de las grandes compañías en Internet (Google, Yahoo, Microsoft,…) y la mayor versatilidad de los dispositivos móviles hace que para el ámbito educativo se planteen grandes oportunidades de trabajo en red. ¿Qué impacto tendrá en nuestro trabajo en el aula si nos hacemos esclavos de la gratuidad de estos servicios? [ejemplo: el caso Ning]

3. Computación Uno a Uno: la tendencia mundial es proveer a cada estudiante de un dispositivo conectado a Internet, ya sea un mini-portátil [como en el caso de la Escuela 2.0], un móvil o un tablet, lo que implica que las aulas y el profesorado deben ir preparándose para desarrollar ambientes de aprendizaje basados en este acceso universal a las tecnologías y a la información.

4. Aprendizaje Ubicuo: la mejora de las infraestructuras de conectividad así como el abaratamiento de los equipos informáticos y otros dispositivos de conexión a Internet hace que el ‘aprendizaje en cualquier momento y en cualquier lugar‘ plantee a la escuela la necesidad de redefinir sus espacios: tanto físicos como temporales… ¿van dejando de tener sentido las clases de 55 minutos y la sirena rompiendo el trabajo en el aula?

5. Juegos: deberíamos empezar a aprovechar el éxito que entre los jovenes tienen los juegos multijugador tanto para captar su atención e interés como para desarrollar competencias como el trabajo en equipo. ¿Qué valor tiene para nosotros el juego como recurso de aprendizaje?

6. Aprendizaje Personalizado: las tecnologías nos permiten pasar de aulas donde ‘enseñamos’ para un alumnado medio a aulas donde podemos adaptar materiales, recursos, atención y evaluación a las necesidades de cada alumno/a así como a sus propios estilos de aprendizaje.

 


7. Redefinición de los Espacios de Aprendizaje: las aulas con los pupitres ordenados en filas y columnas no favorecen el aprendizaje colaborativo, interdisciplinario y centrado en el alumnado. Las aulas del futuro inmediato deberían contar con un mejor uso de la luz y los colores, con otro tipo de mesas [como las circulares], con espacios individuales para estudiantes y profesorado o con pequeños espacios de aprendizaje abierto para el aprendizaje basado en proyectos. Evidentemente la gestión del aula de estas características resulta a priori complicado para el profesorado que está acostumbrado a tener a todos sus alumnos y alumnas mirando la pizarra.
8. Contenidos Abiertos Generados por el Profesorado: el sistema escolar que propugna la OECD potencia la identificación y creación por parte del mismo profesorado de los recursos de aprendizaje más eficaces según las necesidades de cada grupo. Estos recursos no solamente complementan ya a los textos escolares sino que probablemente los sustituirán en un futuro no muy lejano. Aún más, ¿no debemos avanzar a un modelo donde también el alumnado participe en la generación de los contenidos?
9. Evaluación a través de Porftolios: La recogida, gestión, clasificación y recuperación de los datos relacionados con el aprendizaje ayudará al profesorado a entender mejor las lagunas de aprendizaje de su alumando, así como a personalizar el contenido y los enfoques pedagógicos, una evaluación que preste cada vez más atención a los procesos y menos a los exámenes.

10. Rol del Profesorado: los nuevos modelos centrados en el alumnado obligan a los docentes a redefinirse, a dejar de ser los poseedores del conocimiento para convertirse en mentores, dinamizadores de los procesos, identificadores de recursos, facilitadores de espacios de aprendizaje colaborativo,… en definitiva a transitar por terrenos poco frecuentados por la mayoría del profesorado.